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Chiquilla

Chiquilla:

¿Sabes una cosa?

He llegado a saber, después de muchas vueltas, que tienes los ojos azucarados. Ayer nada menos soñé que te besaba los ojos, arribita de las pestañas, y resultó que la boca me supo a azúcar; ni más ni menos, a esa azúcar que comemos robándonosla de la cocina, a escondidas de la mamá, cuando somos niños.

También he concluido por saber que los cachetitos, el derecho y el izquierdo, los dos, tienen sabor a durazno, quizá porque del corazón sube algo de ese sabor.

Bueno, la cosa es que, del modo que sea, ya no encuentro la hora de volverte a ver.

No me conformo, no; me desespero.

Ayer pensé en tí, además, pensé lo bueno que sería yo si encontrara el camino hacia el durazno de tu corazón; lo pronto que se acabaría la maldad a mi alma.

Por lo pronto, me puse a medir el tamaño de mi cariño y dio 685 kilómetros por la carretera. Es decir, de aquí a donde tú estás. Ahí se acabó. Y es que tú eres el principio y fin de todas las cosas.


Juan Rulfo.


Las cartas y el contenido de las mismas son de libre interpretación. Cuéntanos tu versión, inventa una posible respuesta. ¿Qué te provocó cuando la leíste?
En esta ocasión te pedimos que eches a volar tu imaginación. Las palabras pueden llegar a cualquier sitio, incluso dentro de nosotros mismos. Quizá has leído palabras que nunca te animaste a escribir… Es tu oportunidad.

Sin límite de tiempo
#tam_e001 + #códigopersonal
Puntaje de acuerdo al tipo de escrito

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